Siguiendo estas cinco prácticas, mejoré drásticamente mi salud mental. Descubre si a ti también te pueden ayudar En el entorno actual, hay innumerables barreras para enfocarnos en nuestra salud mental y bienestar emocional. Estas cinco prácticas te ayudarán a superarlas.
Por Amy M. Chambers •
Key Takeaways
- La mayoría de nosotros enfrentamos una enorme presión externa de nuestros jefes, familias e incluso de nuestros amigos. Puede ser extremadamente difícil priorizarnos a nosotros mismos y a nuestro bienestar sobre las demandas de los demás, pero debemos hacerlo.
- Aunque pueda resultar desafiante encontrar tiempo para nosotros mismos, seguir consistentemente estas cinco prácticas hará que sea más manejable.
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La salud mental nos afecta a todos. Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés), uno de cada cinco adultos experimenta una enfermedad mental cada año. Tanto NAMI como Forbes Health citan al suicidio como la segunda causa principal de muerte en adolescentes de diez a 14 años. Los Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) reportaron un aumento del 2.4% en el número de adultos que recibieron tratamiento de salud mental entre 2019 y 2021. No hay duda de que la mala salud mental afecta nuestra capacidad para prosperar en nuestras relaciones en casa, en el trabajo y en la escuela.
La salud mental puede ser algo difícil de manejar. Hace nueve años, decidí que quería aprender más al respecto, y contraté a un terapeuta con licencia (a quien sigo viendo cada semana). Después de casi una década de enfoque, encontré que las siguientes cinco prácticas mejoran drásticamente nuestra salud mental y emocional. Discuto estas prácticas con mis clientes todos los días, y literalmente todos reportan efectos positivos al seguirlas.
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1. Identifica y luego prioriza las cosas que más te importan
Es fácil verse arrastrado por las demandas de los demás y olvidarnos de nosotros mismos. Determina qué actividades, pasatiempos, eventos y trabajos amas más y priorízalos. La salud mental suele desaparecer cuando no dedicamos tiempo a las cosas que nos hacen sentir bien. No importa si se trata de fútbol informal, pintura o tocar la guitarra. Descubre lo que te encanta hacer y dedica regularmente tiempo a hacerlo. Ten sueños y articúlalos.
Si siempre has querido aprender a hablar un idioma extranjero o escribir un libro, te recomiendo que no lo pierdas de vista. Para algunos, estos objetivos se olvidan una vez que tenemos hijos o empezamos a envejecer. Reconozco que es difícil equilibrar las demandas de una familia o carrera con tus propias necesidades e intereses, pero no es imposible. Comienza creyendo que se puede hacer y comprometiéndote a hacerlo, pase lo que pase. Para empezar, crea un tablero de visión o una declaración de misión y colócalo en algún lugar donde puedas verlo. Esto te ayuda a recordar las cosas que más importan.
2. Establece y respeta límites
No tengas miedo de decir que no. Algunos de nosotros fuimos educados para complacer a los demás y nos sentimos obligados a "hacerlo todo". Este pensamiento es erróneo. Cada vez que decimos sí a algo, automáticamente estamos diciendo no a otra cosa. Si esa "otra cosa" siempre eres tú mismo, es probable que no estés cuidando tu salud mental. En mi experiencia, esto te alcanzará. Las personas infelices, frustradas y agotadas pasan una tremenda cantidad de tiempo haciendo cosas para otras personas y no lo suficiente para ellas mismas. Descubre qué es lo que realmente quieres hacer y qué no. Luego, articúlalo con confianza y sin culpa.
Como dijo Stephen Covey: "Es más fácil decir no cuando tenemos un sí más grande en mente". Cuando sabes qué es lo que más importa (para ti), tendrás más facilidad para hacer (y proteger) espacio para ello. Para empezar, dales a las cosas que más quieres lograr un lugar donde vivir en tu calendario. Usa Outlook u otra herramienta para programar tiempo para tus prioridades, esto te ayudará a decir no cuando surja un conflicto de último minuto.
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3. Honra y valida tus emociones
A muchos de nosotros nos gusta tener la razón. Es comprensible; se siente bien saber cosas y estar en lo correcto. Sin embargo, a veces nuestro deseo de tener la razón se interpone en el camino de hacer lo correcto. No es raro que las personas practiquen el gaslighting hacia los demás (una forma de manipulación psicológica en la cual una persona intenta hacer que otra cuestione su propia percepción, memoria o cordura). Frecuentemente, las personas invalidan las experiencias, creencias y emociones de los demás solo porque no reflejan las suyas. Aprende a reconocer que no puedes controlar con qué frecuencia esto te sucede, pero sí puedes controlar tu respuesta. Asegúrate de conectarte regularmente contigo mismo y comprender realmente tus sentimientos. Una vez que sepas cuáles son, confía en ellos y escúchalos. No permitas que te convenzan de lo contrario.
Obtener consejos y mentoría de alguien a quien aprecias profundamente (y que también tiene tus mejores intereses en mente) es una cosa. Ser manipulado por alguien que se siente amenazado por tu éxito o se siente incómodo con una diferencia de opinión es completamente diferente. Si decides ser influenciado o persuadido, asegúrate de que sea por la razón correcta. Para empezar, lleva un diario regularmente o habla con un terapeuta (o coach) sobre cómo te sientes. Esto te ayuda a conectarte contigo mismo y a ser consciente de lo que realmente estás experimentando.
4. Celebra cada paso de tu camino
Cuando se trata de perseguir grandes objetivos, el camino es largo. Puede ser fácil desanimarse. Recuerda celebrar tus esfuerzos en el camino, no solo al final. Dedica tiempo a reconocer lo que has hecho bien y elige estar orgulloso de ti mismo. En lugar de centrarte en la perfección, concéntrate en el progreso. ¿Eres más sabio, fuerte y valiente que hace unos meses? ¿Qué tal hace un año? Si la respuesta es sí, entonces asegúrate de elegir sentirte bien contigo mismo y con el lugar en dónde te encuentras, incluso si aún no has terminado por completo. Para empezar, lleva un diario de gratitud o una lista de tus logros. Cataloga cosas específicas que están funcionando bien. Si lo haces consistentemente, cambiarás tu tendencia a ver lo negativo o a participar en cualquier tipo de diálogo interno negativo. En cambio, notarás mucho más de lo bueno. Y eso se siente bien.
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5. Asóciate solo con personas que apoyen tu salud mental
Importa con quiénes nos rodeamos. Muchas personas que luchan con el bienestar mental se rodean de otros que intentan socavarlos activamente. Al final, tendemos a adoptar las creencias, valores y mentalidad de aquellos a quienes vemos con mayor frecuencia. Si te relacionas con personas negativas que se quejan, desarrollarás una tendencia a hacer lo mismo. Si te relacionas con personas críticas a las que les encanta chismear, también desarrollarás una tendencia a juzgar.
Se ha dicho que "Dos cosas nos impiden ser felices: vivir en el pasado y observar a los demás". Si nos importa nuestro bienestar mental, es importante rodearnos de personas con ideas afines. Pasa tiempo con otros que tengan metas, persigan su propósito con pasión, establezcan y hagan respetar los límites y te respeten a ti mientras haces lo mismo. Para empezar, haz un inventario de las personas con las que pasas tu tiempo. ¿Cómo te sientes cuando estás cerca de ellas? ¿Te apoyan y te animan? ¿Apoyan tus metas? Si no es así, limita tus interacciones con ellos y reemplaza ese tiempo con estas otras actividades.
La mayoría de nosotros enfrentamos una tremenda cantidad de presión externa de nuestros jefes, familias e incluso amigos. Puede ser extremadamente difícil priorizarnos a nosotros mismos y nuestro bienestar sobre las demandas de los demás, pero debemos hacerlo. Aunque pueda resultar desafiante encontrar tiempo para nosotros mismos, seguir consistentemente estas cinco prácticas hará que sea más manejable.